No sé qué me pasa… quizá con
tanto preparativo previo al viaje, tanta despedida y tantas emociones se me
está yendo un poco la cabeza, os lo digo en serio. Voy por las calles de
Alicante y sólo identifico cosas que parecen decirme que debemos irnos de
viaje, como si fuesen señales del destino, como si nos dijeran que irnos es lo
correcto. Sé que suena cursi, (Alex seguro que lo piensa, jajaja), pero no
quería dejar de reflejar en el blog esta sensación que tengo ahora mismo en el
cuerpo. Y para que me entendáis, ahí van algunas fotos de esas “señales” que he
ido identificando últimamente por la calle. Sé que todo es cuestión de percepción;
todos hemos sentido en alguna ocasión la sensación de que ves por todos lados
aquello en lo que estás centrado en ese momento, pero… es bonito pensar que en
realidad son señales que te indican el camino, ¿no? ;-)
No sé qué me pasa… quizá con
tanto preparativo previo al viaje, tanta despedida y tantas emociones se me
está yendo un poco la cabeza, os lo digo en serio. Voy por las calles de
Alicante y sólo identifico cosas que parecen decirme que debemos irnos de
viaje, como si fuesen señales del destino, como si nos dijeran que irnos es lo
correcto. Sé que suena cursi, (Alex seguro que lo piensa, jajaja), pero no
quería dejar de reflejar en el blog esta sensación que tengo ahora mismo en el
cuerpo. Y para que me entendáis, ahí van algunas fotos de esas “señales” que he
ido identificando últimamente por la calle. Sé que todo es cuestión de percepción;
todos hemos sentido en alguna ocasión la sensación de que ves por todos lados
aquello en lo que estás centrado en ese momento, pero… es bonito pensar que en
realidad son señales que te indican el camino, ¿no? ;-)
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