domingo, 25 de mayo de 2014

MARINERO DE AGUA DULCE

Yo siempre había pensado que era un buen marinero. En el podio de los "Leomessis" del mar estaban el Capitán Garfio, el Capitán Pescanova y yo. De pequeño había hecho cursillos de vela, he ido en golondrina por el puerto de Barcelona, me sé el poema de "Con diez cañones por banda" y me gusta comer paellas en restaurantes delante del mar. Vamos, que cumplo todos los requisitos para que la gente vea en mí a un marine. Si incluso he trabajado en la Volvo Ocean Race, donde se organiza la vuelta al mundo a vela (también es verdad que he trabajado en la Euroliga de Baloncesto y no levanto tres palmos del suelo, no soy el tipo de persona al que le molestan los aviones, jejeje).

Pues bien, después de coger 3 barcos en este viaje he decidido que no me compraré un llaüt (con mi amigo Sancho queríamos comprarnos el típico barco mallorquín para irnos a comer gambas fondeando en todas las calitas de la isla). Primero fueron los ocho vómitos en una tarde por los fiordos chilenos. Luego el ferry de Papeete a Moorea que parecía una montaña rusa. Y hoy hemos cogido un ferry para ir de la isla norte a la isla sur de Nueva Zelanda. Cuando estás en el tercer piso de un buque de carga y ves como las olas te pasan por encima no tienes estómago ni para marearte.

Aviso para navegantes (nunca mejor dicho): el que dude entre alquilar una caravana y cruzar en ferry de una isla a otra, o alquilar dos caravanas e ir en avión de una isla a otra, la segunda opción muy claro. Supongo que el ferry no es peligroso, hace ese trayecto varias veces al día, pero no se pasa un rato agradable. En mi vida había visto olas de ese tamaño!

Mañana iremos hacía Kaikoura, un sitio de playa donde podremos aparcar la caravana y comer delante del mar!! Me encanta el mar, jajaja!!

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