sábado, 5 de abril de 2014

TORRES DEL PAINE, UN BLUFF

A mí a la típica pregunta ¿tú qué eres, de mar o de montaña?, yo lo tengo muy claro: yo soy más de ciudad. Yo donde esté una gran vía madrileña en plena época navideña, con sus cientos de personas atacadas por el virus consumista, con sus bolsas en la mano izquierda y el smartphone con whatsapp en la derecha, que se quiten los arbolitos y las medusitas. 

El mar me gusta, me encanta, me puedo pasar horas mirándolo, pero desde la terracita de un bar del paseo marítimo, cervecita en mano. Y la montaña es muy chula, con su flora y su fauna, es una pasada verla en los documentales de la 2, tumbado en el sofá de cada después de comerme una buena lasaña.

El otro día llegamos a Puerto Natales para ir a visitar el famoso parque nacional de las Torres del Paine. Lo primero que hicimos fue preguntar si lo del terremoto y el tsunami estaba arreglado, y nos dijeron que de esas cosas allí no tenían, que si venía una ola no te daba ni para surfearla. Cuando vimos las señales de la ciudad (foto 1) no nos dió esa impresión, jajaja.

Luego fuimos a una agencia a informarnos sobre lo de las Torres del Parque, y nos dijeron que podíamos hacer el circuito de la W, de unos 5 días. Le contestamos que nosotros éramos domingueros, que con el circuito del palo corto de la L o el punto de la I, ya nos servía. Total, que contratamos todo para ir un día entero, y volver al día siguiente.

Como buenos pixapins que somos llegamos al parque a full. En la foto 2 veréis que a mí me da igual subir a una cima en plena patagonia chilena que ir a tomar un caña a un bar del paseo de gracia, yo visto igual.

La caminata fue de 9 horas, un total de 18 km, con mucha pendiente. No nos pareció nada del otro mundo, un paisaje bastante flojito para la fama que tiene.

Yo supongo que los montañistas son gente que disfrutan de los arboles, las piedras y que cuando llegan a la cima se sienten realizados porque han superado un reto. El problema es que yo me quiero mucho a mi mismo, piso un poco de barro y huelo 3 flores y me creo el Leo Messi de la montaña, y claro, no necesito retos para sentirme mejor. Cuando llegué arriba y vi las tres rocas esas pensé, ¿dónde he de hacer la foto, no me fastidies que no he llegado aún??? Pero sí, había llegado, eran esas 3 rocas, y la súper laguna, claro está.

Volvimos al refugio, y en un ataque de "pijos que van de que no" decidimos dormir en el camping, en una tienda de campaña. Como concepto una perroflautada, son ganas de dormir en el suelo a bajo cero. Pero es que dormir en habitaciones compartidas costaba 40 euros por cabeza, así que nos fuimos todo convencidos a la tienda que nos habían montado los del camping (ya sabéis que yo soy novio del siglo XXI, sé planchar la ropa, no montar tiendas).

Todo iba muy bien hasta que unas burgalesas muy majas que conocimos nos avisaron que había una plaga de ratas, y que sobretodo sacásemos la comida de la tienda o entrarían las ratas a media noche!! No sólo sacamos la comida, sino todas nuestras cosas, y nos fuimos a dormir al refugio, calentitos, en un colchón.

Con mi afán de ser objetivo en mis posts, os diré que hubo una cosa buena en todo esto de Torres del Paine, y es que de noche vimos las estrellas y era increíble, parecía de día de la luz que daban las miles de estrellas que se veían. Lo sé, soy un romántico!!!

El martes cogemos un ferry por los fiordos chilenos, pero antes si puedo os haré un resumen de mi querida Argentina!!







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