domingo, 1 de diciembre de 2013

¿NUNCA HABÉIS PENSADO QUE CAMBIAMOS LA HORA AL REVÉS?


Estos días me he entretenido viendo la diferencia horaria que tendremos con los países a los que vamos, y aunque no tenga mucha relación con el viaje, quería compartir con vosotros una preocupación que hace años que me ronda por la cabeza: cuando cambiamos de hora en octubre y abril, ¿no habéis pensado nunca que lo hacemos al revés? Ya sé que soy de letras, pero es que yo siempre he considerado que cuando la adelantamos sería mejor atrasarla, y viceversa.

Érase una vez mi reflexión:

Seguro que hay estudios de algún científico de la Universidad de Dakota del Norte, o incluso  de algún catedrático del Instituto Tecnológico de Wisconsin, que prueban que cambiando la hora se ahorra energía y por tanto dinero. El problema es que, sin ánimo de menospreciar la capacidad intelectual de personas que deciden vivir en zonas tan chulas y apetecibles, creo que no han acabado de entender las costumbres y modus operandi de nuestro país.

Nuestro cojín. Foto sin sentido para un post sin sentido
Nos han vendido que la idea de cambiar la hora en octubre es que amanezca antes, y que por tanto se abran menos luces de buena mañana y no gastemos tanta energía. Hasta aquí, todo parece tener sentido. El problema es que vivimos en un país con cerca de 5 millones de parados, más de 8 millones de jubilados, cerca de 10 millones de personas menores de edad, unos 3 millones de funcionarios, y donde los estudiantes que sacan mejor nota en selectividad luego suelen escoger la carrera de filología hispánica o geografía. Haciendo cuatro sumas rápidas, en nuestro país, ¿¿¿quién está despierto a las 8 de la mañana para ver dónde está el sol???

Y luego tenemos el grupo de gente que va a una oficina cada día, y a la gente que va a una oficina y trabaja cada día. Estimados cerebritos de Cabo Cañaveral, ¿cuánta gente de ese grupo creen ustedes que se levanta un lunes a las siete, y decide no abrir la luz de la habitación para ahorrar energía, intentando ducharse y vestirse iluminados por los primeros y cegadores rayos de sol? Les respondo yo: los mismos que luego hacen fuego con dos piedras para calentarse el café.

Por no hablar de los problemas que tiene la gente romántica. Ese típico galán, que a media tarde le propone a su novia de ir a un mirador, según él a ver la puesta de sol (Yesi y Yoli saben muy bien a lo que se va a un mirador). Pues bien, ahora para poder ser “Summa Cum Laude en Romanticismo” ya no puedes hacer la siesta! Con la brillante idea de cambiar la hora, a las cinco de la tarde ya es de noche!! Que un día si te descuidas se nos pondrá el sol sin que hayamos digerido el desayuno!


Resumiendo, que siempre he pensado que sería mucho mejor que el sol saliese a las 10:30 – 11:00, cuando la gente empieza a ser persona, y que las tardes de invierno no fuesen tan oscuras y melancólicas, que a veces acabas de merendar y te piensas que es hora de irse a dormir!

2 comentarios:

  1. Socorro!!!! Alex ha empezado a "reflexionar" incluso antes de empezar el viaje... Que Dios nos coja confesados para lo que nos espera!!! Ya es que una, con amor de madre, se ha propuesto leer todo lo que colguéis en el blog....
    Lo mejor de esta entrada, el cerdito... Tiene historia este cerdito!!! Pero el probrecito ya está chunguillo... bueno... ha cumplido fielmente la misión a la que estaba destinado. Descanse en paz.

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    1. Para los curiosos que se pregunten cuál es la historia del cerdito, deciros que este cerdito es el tercero en discordia. Nos acompaña en todos nuestros viajes en coche, sin separarse de Marta en ningún momento.

      Yo creo que en vez de estar relleno de espuma está relleno de cloroformo, porque no hemos salido del parking que Marta ya se ha quedado dormida, jajajaja.

      En defensa de Marta, deciros que la opción de no dormir durante los viajes en coche implicaría estar escuchando durante 3 ó 4 horas mis cd's (Cánticos de Boca, de PAOK, del Liverpool, etc).

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