Hemos pasado unos días en Osaka antes de seguir nuestra ruta hacia el oeste del país. Nuestra idea es estar unos días visitando Hiroshima y Miyajima, y luego volver a Tokyo para coger el vuelo de vuelta a casa. Esto ya se acaba... sólo nos queda una semana!!! Aún no nos hacemos a la idea!
Osaka es la tercera ciudad más grande de Japón, pero aún así es mucho más asequible en cuanto a tamaño que Tokyo, por lo que se puede visitar en poco más de un día. Nuestro barrio favorito es el de Dotonbori: calles llenas de luces, tiendas y restaurantes con un ambientillo muy chulo, sobretodo por la tarde-noche. Alex dice que prefiere este barrio al de Shibuya de Tokyo; yo sigo enamorada de Tokyo y no creo que se pueda comparar, jaja.
También hemos visitado el castillo de Osaka y el moderno barrio de Shinsekai. Y como nos han sobrado unas horas nos hemos acercado hasta la ciudad de Kobe, a media hora en tren desde Osaka. Allí hemos paseado por el puerto y por el centro. Kobe no tiene nada muy destacado, pero hemos pasado la mañana conociendo otra ciudad japonesa.
Curiosidades que hemos visto/vivido estos días en Osaka: en primer lugar, nos ha sorprendido mucho lo confiados que son los japoneses. Una tarde que se puso a llover entramos en un bar a tomarnos un café, y vimos como los japoneses dejaban todas sus cosas en una mesa para reservarla y luego se iban al baño o a la barra. Dejaban el bolso, la cartera o el portátil totalmente desatendidos y fuera de su vista mientras iban al baño tranquilamente o pedían en la barra. Ahora entendemos porque los japoneses son las principales víctimas del robo de carteras en las ramblas de Barcelona!
En segundo lugar, por fin hemos probado los famosos hoteles cápsula japoneses! A mí me hacía ilusión probarlo, y la verdad es que me ha gustado mucho la experiencia! Os aseguro que no es tan agobiante como parece, al contrario: las cápsulas son mucho más amplias por dentro de lo que uno se imagina, y desde mi punto de vista es mucho mejor que dormir en la típica litera de habitación compartida de hostal. Tienes más privacidad, y hasta tienes tu propia lamparita, tele, radio y despertador. Lo malo es que hemos dormido en plantas separadas: esto de habitaciones mixtas los japoneses no lo entienden! Y a Alex... bueno, lo de la cápsula aún. Lo que no le ha convencido en absoluto es que los baños del hotel fuesen de estilo japonés: no hay duchas como tal, sino que hay unos taburetes de plástico donde te sientas desnudo mientras te duchas con gente desnuda al lado, sentada a dos palmos de ti, delante de un espejo. Alex decía que él no tenía ninguna necesidad de ver a asiáticos en pelotas y por tanto ni siquiera se ha tomado la molestia de entrar a ver como era esto del baño japonés, jajaja!
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