viernes, 1 de agosto de 2014

DE RELAX EN HONG KONG

Siempre me han gustado los rascacielos, me relajan. Hay gente que se relaja mirando el mar, otros escuchando música clásica, otros leyendo, otros fotografiando mariposas, a mi me gusta ver puestas de sol en barrios financieros llenos de edificios altos. Ver como se pone el sol entre las oficinas de JP Morgan, PwC y Merrill Lynch me tranquiliza. Y encima, cuando esos rascacielos están en el primer mundo, la situación de placer es indescriptible.

Ya estamos en Hong Kong, la ciudad conocida como el Nueva York asiático. Fue poner un pie en esta mega ciudad y a mí se me fueron todos los males. Estamos rodeados por más de 7 millones de personas, concretamente por más de 7 millones de chinos, pero de verdad que la sensación de alivio y relax al pisar una sociedad minimamente limpia es increíble.

La ciudad impresiona. No la catalogaría como ciudad bonita, pero llama mucho la atención estar aquí. Mezcla lo moderno con lo exótico, y es muy pero que muy grande. Además tiene el encanto de no entender que país es. Es China, pero a su vez desde aquí estamos tramitando el visado para poder entrar en China, ya que Hong Kong juega en otra liga y solo necesitas el pasaporte. Es raro hacerse el visado para entrar a un país cuando en teoría estás dentro del país.

No nos dan el visado hasta el martes, así que nos toca estar aquí 5 días. A mí me gusta ir más rápido, no perder tanto tiempo en un mismo sitio, pero hemos de reconocer que también nos irá bien dormir un poco. Pensad que desde Tailandia no nos hemos levantado ni un día más tarde de las 7 de la mañana, siendo las 6:30 la hora más típica a la que sonaba el despertador.

Así que nada, unos días de relax entre hormigón, coches, chinos y McDonalds.
















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