Durante estos días en la patagonia argentina hemos hecho dos excursiones más que nos han permitido disfrutar muchísimo de la fauna local. Ayer fuimos a la Península Valdés, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Es una zona totalmente protegida donde viven colonias de elefantes marinos, lobos marinos y pingüinos, así como una variedad enorme de aves y animales terrestres (tales como armadillos, guanacos, una especie de avestruz, maras, etc.) Durante el día pudimos observar a todos estos animales, y aunque no tuvimos la suerte de ver orcas (son muy difíciles de ver) disfrutamos de la experiencia, ya que no siempre se tiene la oportunidad de ver a estos animales en su hábitat natural y tan de cerca.
A partir del mes de julio la Península Valdés se llena de ballenas australes, y según nos han contado hay tantas que las puedes ver incluso desde el paseo marítimo de Puerto Madryn. Nosotros no hemos venido en época de ballenas (nos hubiera encantado verlas), así que nos tocará volver en alguna otra ocasión, jejeje.
Hoy hemos ido hasta Punta Tombo, donde en temporada alta se congregan hasta un millón de pingüinos. Dicen que es la colonia de pingüinos más grande de todo sudamérica, y en estos momentos hay unos 300.000 pingüinos aproximadamente. Hemos podido caminar entre sus nidos y verlos de muy cerca, aunque debido a la gran extensión de terreno donde están no tienes la sensación de que haya tantos ya que están muy diseminados. Aún así nos ha hecho mucha gracia ver esta colonia enorme y pasear entre miles y miles de nidos de pingüinos.
La patagonia es una zona semidesértica, donde llueve menos de 200ml al año. La mitad de esa lluvia ha caído precisamente esta misma mañana mientras estábamos literalmente entre pingüinos, jaja. El problema no ha sido mojarnos, sino que debido a la fuerza del viento las gotas de agua dolían cuando te daban en la cara. Jamás habíamos visto un viento tan fuerte!! Y eso que aún nos queda un buen trozo hacia el sur para visitar el Perito Moreno, jaja (más vale que nos acostumbremos). El viento era tan desagradable que nos dolían las manos, la cara... y se ve que cada semana tienen este viento tan intenso.
Dentro de un rato cogemos otro bus-cama para dirigirnos a la región de Bariloche, en la zona de los Andes argentinos. Otra noche que dormiremos en el bus!!
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