Después de Sydney nuestra siguiente parada fue Brisbane, la ciudad del caçador de cocodrils. Queríamos ir al zoo de este famoso personaje, pero costaba 60 euros por cabeza, así que decidimos ir a una reserva donde viven cientos de koalas y canguros y que tenía un precio más asequible: el Lone Pine Koala Sanctuary. La verdad es que fue todo un acierto! Disfrutamos como niños viendo saltar a cientos de canguros alrededor nuestro, y yo hasta pude coger en brazos a un koala que era una auténtica monada!
Brisbane como ciudad no tiene mucho a destacar, a excepción de una playa artificial al lado del río con vistas a los rascacielos, muy curioso de ver. Por otro lado, ha sido en un supermercado de Brisbane donde Alex ha descubierto que existen cajas de auto-cobro, es decir, donde tú mismo escaneas los productos y los pagas sin necesidad de una cajera que lo haga en persona. A pesar de que le dije en repetidas ocasiones que esto lleva ya tiempo funcionando en el Carrefour de Palma, él estaba todo emocionado cobrándose a sí mismo y me pidió que le hiciese muchas fotos para recordar el salto tecnológico que había descubierto en un super. Los empleados de dicho establecimiento nos miraban perplejos, jaja. Os ponemos una de las fotos.
En estos momentos ya estamos más al norte, donde pasaremos unos días en la playa y por último visitaremos la gran barrera de coral.
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